domingo, 21 de mayo de 2017

Federico Gay




En el año 1991 tuvieron lugar algunos sucesos que marcarían la historia de quienes transitamos está página. A nivel nacional, por ejemplo, entró en vigor la Ley de Convertibilidad en nuestro país, en pos de combatir la hiperinflación que provenía desde fines de los 80’. Como suceso importante en lo futbolístico, para los hinchas de Independiente se trata de una fecha muy triste ya que hablamos de la que implicó el retiro de un ídolo histórico, el más ganador y mejor jugador de la historia del club: nada más y nada menos que Ricardo Enrique Bochini, precisamente el 5 de mayo. Fue en un partido frente a Estudiantes de La Plata, encuentro que terminó 1-1, y un jugador Pincharrata, Pablo Erbín, le cometió una infracción que lo dejó gravemente lesionado, tan así, que lo retiraron en camilla al Bocha ante la mirada atónita de la hinchada diabla. El resultado fue una distensión de ligamentos de la rodilla. Se ilusionó con volver, pero al ver que su recuperación demandaría tiempo y que ya no ostentaba su vigor juvenil, decidió colgar los botines. En fin, un año de mierda que no valdría la pena recordar salvo por este post (?).


Fue en el 7 de enero de 1991, en Avellaneda, que nació Federico Gay. ¿Acaso se acuerdan de él? Bueno, aquí estamos para rememorar a este defensor central, devenido en lateral por izquierda. Fede (?) empezó su carrera como una notable promesa de inferiores -cuántas veces hemos escuchado esa frase y después queda en la nada)- en nuestro querido equipo. Allí en Domínico participó en todas las categorías, logrando su pico máximo de rendimiento en la división de Reserva, donde obtuvo un subcampeonato en la temporada 2011/2012, con 76 puntos, uno menos que Boca Juniors.


Desde ese entonces, Gay fue promovido al plantel de Primera, aunque alternaba entre titularidad en Reserva y suplencias en el primer equipo. Su chance de ver acción por vez primera le tocó en la Copa Argentina, buen momento aquí para trazar un paralelismo con la sección Piedra en el zapato. El defensa tuvo su oportunidad en un momento pésimo en la historia del El Rojo, debutando el 13 de junio del 2013 frente a Arsenal de Sarandí, partido que Independiente perdió por 1-0 en Catamarca, con gol de Darío Benedetto. FG ingresó en el complemento por Gabriel Vallés y su debut -más que prometedor- fue un espanto, debido a que a tan solo diez minutos de haber ingresado, derribó al calvo delantero y vio la tarjeta roja. De la algarabía por debutar a no querer saber nada con nadie en cuestión de minutos.


Días después se consumó el peor hecho de nuestra historia, el descenso al Nacional B. Inimaginable por donde se lo mire, impensado, y extraño, en un mar de lágrimas empezamos a hacer nuestro duelo donde habíamos tocado fondo.


Una vez terminado el fatídico torneo Final 2013, los equipos que descienden no participan del Torneo de Reserva. Es por esto que muchos jugadores, sobre todo juveniles, en su mayoría quedaron libres y en gran mayoría fueron a préstamo, como el protagonista de esta historia: Gay fue cedido durante dos temporadas a Aldosivi de Mar del Plata. En el Tiburón disputó 6 encuentros, sin marcar goles. En el 2014, continuó su carrera a préstamo en Chacarita, en donde participó de 8 partidos. Sin embargo, durante su estadía se debió interrumpir el préstamo, ya que en el Funebrero no estaban pagando los sueldos.


En su vuelta a Independiente en el 2015, apenas disputó hasta el final de ese año partidos en reserva, sin demasiado rodaje en aquella división. La dirigencia decidió rescindir el contrato y brindarle la libertad de acción. En el 2016 fichó por Fénix, del ascenso argentino, en donde no consiguió la continuidad deseada. Luego, en ese mismo año, Comunicaciones contó con sus servicios.

El tiempo dirá si Federico se consolida finalmente en algún club. Mientras tanto, Independiente viene de muchos años sin poder contar con una base futbolística de jugadores formados en la cantera, donde las últimas décadas nos demuestran que un gran número no tuvo suerte en esto de triunfar con la casaca roja. El protagonista de este post forma parte de ese colectivo. Y del LGTB también (?).

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